Seguimos navegando por los mares del sur de china rumbo al estrecho de Luzón, amplio paso que separa la isla filipina de Luzón del extremo sur de la isla de Taiwán. Mar gruesa y viento de fuerza 6 pero afortunadamente de popa, con lo cual no se nota demasiado. Lo que sí se nota son las chubascadas que nos barren de popa a proa ¡qué manera de diluviar!
Las guardias de puente vuelven a ser tranquilas, hay tráfico pero poco y casi siempre en el mismo rumbo o en el opuesto, ningún barco que cruce ni pesqueros tocando las balls.
Lo que es toda una novedad es el tema de limpieza de tanques. Está guapo. Alinear válvulas, preparar bombas, máquinas de limpieza, gas inerte para purgar, ventiladores para ventilar. Es un curro de la pera y eso que todavía no está bajando la gente con la pala adentro del tanque. Primero hay que tratar de que trabajen las máquinas y lo dejen lo más limpio posible para reducir el trabajo animal.
Es un tema muy interesante. Estoy tomando buenos apuntes porque son unas operaciones muy especiales en las que aprendes un montón de trucos y sistemas del petrolero. Vapor, agua caliente, gas inerte, ventiladores que funcionan con agua, lámparas que funcionan con aire, todo el entramado de tuberías en cubierta y en el cuarto de bombas. Uno va viendo para qué sirve cada cosa. Y es que hay un montón de elementos que en operaciones normales de carga / descarga y transporte no se emplean y ahora lo estoy viendo todo.
Desde luego es un tema que da mucho de sí y a lo mejor lo utilizo para el trabajo que hay que hacer para sacar el título profesional de capitán de la marina mercante. Ir recopilando datos, información, fotos... y hacer un buen trabajo para cuando cumpla 1 año más de días de mar poder presentarlo.
Ya sabía yo que estos días se iban a pasar rápido, es que no me entero. Otra vez estoy aquí sentado en el camarote escribiendo estas líneas. Otra vez a punto de entrar a la guardia de puente de la noche.
La pena es que estas noches están siendo bastante oscuras, al estar nublado no se ve ese manto de estrellas que siempre gusta contemplar desde el alerón tomando un café. Mirar arriba y todo alrededor y comprobar que esas compañeras nocturnas de viaje están ahí, noche tras noche, silenciosas y fieles. Es una sensación de tranquilidad, de cómo dentro de este caos ahí arriba todo está en orden y te relajas. Ves la Osa Mayor, enfilas Merak y Dubhe y hallas la Polar casi sin esfuerzo. Compruebas como la Osa Menor está exactamente boca abajo, como si quisiera jugar con su hermana la mayor. Enfrente, opuesta a la Osa Mayor, la constelación de Casiopea en forma de W. Después continuas la curva que describen Alioth, Mizar y Alkaid y te topas con Arcturus, y una vez localizada no es difícil encontrar a Vega y Spica. Después están las constelaciones más meridionales, todas las del signo del Zodiaco y dos de mis favoritas, Escorpio con su ojo rojo brillante Antares, y la espectacular Orión, a la que hace tiempo que no veo, con las tres marías formando el cinturón de Orión, Aldebarán, ojo del toro arriba, y Sirius, ojo del perro abajo, la estrella más brillante de nuestro firmamento. La cruz del sur cada vez va quedando más abajo en el horizonte a medida que ganamos latitud norte.
Voy a subir al puente, que ya estará el 2º oficial impaciente para que le haga el relevo. Me hará entrega de la guardia como siempre informándome de la situación del tráfico, rumbo, velocidad, situación de los trabajos de limpieza y cualquier otra novedad, esperará a que se ajuste mi visión a la oscuridad y se irá a descansar. Después yo me prepararé un café, pondré música y 4 horas por proa.
Hasta mañana.
Jon.
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