Seguimos fondeados y parece que lo seguiremos varios días. Hoy por la mañana ha venido la gabarra que va a recoger el fuel de combustible que ha sobrado de la máquina. Mañana debe venir la gabarra que va a recoger los residuos de la limpieza. Bueno mejor dicho la primera de las gabarras, porque no cabe todo en una y deben venir varias.
Mientras, ayer y hoy ya han venido a bordo varias personas del astillero. El director de astillero para el barco, técnicos de medición de espesores, técnicos de seguridad, etc.
Novedades. Ya tenemos relevos con nombre y apellidos. En teoría estos oficiales debían embarcar en otro barco, pero de la oficina no quieren mandar a gente nueva para pasar astillero. De modo que están programados para mediados de agosto.
Por otro lado, de todo lo que se iba a arreglar en astillero, se están descartando bastantes trabajos. Razones: varias. Una de ellas es por ahorrar dinero, naturalmente. Otra es que el barco ya no va a volver a navegar por aguas del Golfo de México. No va a volver a visitar puertos norteamericanos y por eso no va a ser una reparación tan rigurosa. El Pioneer acabará sus días en el Mar de China. Se va a quedar por esta zona del sureste asiático.
Y por lo demás aquí seguimos, a flote. Todavía sin pisar tierra, y sin tan siquiera la posibilidad de hacer turismo de prismático desde el puente, porque por el día se cierra en niebla y no se ve un carajo.
El tráfico es incesante, día y noche están subiendo y bajando barcos por este río, el Changjiang, o Yang Tze, o río azul, aunque es completamente marrón.
Pues eso es todo por el momento. En un par de semanas ya estoy allí!
Hasta pronto!
Jon.
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