sábado, 30 de junio de 2007

Jueves 28 de Junio de 2007, en tránsito por el estrecho de Malaca, rumbo a Singapur, donde descargaremos la segunda parcela de cargamento

Son casi las 8 de la tarde, estoy a punto de entrar de guardia.

El Martes 26 llegamos a Port Klang. Después de tantos días sin hacer una maniobra pensaba que ya se nos había olvidado atracar el barco al muelle, pero no. La maniobra fue como la seda.
Una vez atracados comenzamos con el trajín típico en las operaciones de descarga: agentes, inspectores, aduanas, inmigración, sanidad, provisión, búnker, entrega de pedidos, ah! y como no, descargar el fuel...

Ha sido una descarga lenta, sus mangueras apenas eran de 8 pulgadas, y nuestras líneas son de 16, así que el ritmo de descarga no podía ser muy alto. Y si a eso añadimos que ha habido varias interrupciones por problemas de capacidad en la terminal, el resultado es que hemos estado 2 días y medio para descargar medio barco cuando lo normal es descargarlo entero en 18 horas. Pero no nos importa, no tenemos ninguna prisa.

Ahora ya estamos otra vez navegando. Poco tiempo, a Singapur llegamos mañana por la mañana. Cada vez nos vamos metiendo más y más en el embudo que se va formando en Malaca y que alcanza su máximo esplendor en Singapur. Barcos y más barcos, bajos, corrientes, piratería...

Por circunstancias especiales, y es que esta zona lo es (gran densidad de tráfico, aguas someras, piratería), llevamos doble guardia en el puente, es decir, capitán + oficial de guardia + 2 marineros. Además la guardia antipirata, consistente en espantapájaros a proa, mangueras con agua a presión por los costados y popa, y rondas de seguridad a cargo de un marinero por cubierta.

Esta última estancia en Malasia no me ha cuadrado para salir a tierra, así que no puedo contar nada más. Estábamos a media hora en coche del centro de la ciudad de Klang y a una hora aproximadamente de Kuala Lumpur, nos habría gustado visitar la capital y habernos sacado unas fotos con las torres Petronas, pero no estamos de turismo.

Así que sin más novedad en el puente, hasta la próxima, voy a esquivar barcos y luchar contra los piratas!!!

Jon.

sábado, 16 de junio de 2007

Sábado 16 de Junio de 2007, doblamos las islas Reunión y Mauricio y ya tenemos proa a la entrada al estrecho de Malaca

Unas 3.000 millas para entrar a una de las zonas de mayor tráfico, corrientes, bajos fondos y piratería del mundo. Así que disfrutando de estos momentos de relativa tranquilidad que nos permite navegar en océano abierto, donde en contadas ocasiones divisamos algún barco.

El día a día no ofrece ninguna novedad. Nos mantenemos ocupados con nuestras guardias, nuestros respectivos trabajos de mantenimiento, preparando pedidos y cosas así. Ya hemos terminado de limpiar los tanques de lastre. Les hemos sacado toda la escoria y el barro que se había ido acumulando con el paso del tiempo. Era uno de los trabajos sucios y ya está zanjado.

Ahora nos tenemos que centrar en hacer un tránsito seguro por Malaca y llegar a Port Klang, en Malasia, donde descargaremos la mitad del fuel que llevamos en los tanques. La otra mitad está por decidirse a dónde debe ir a parar, el departamento comercial no cierra ningún trato por el momento, hasta que encuentre al mejor postor.

Cuando hayamos descargado el barco por completo empezaremos con otra fase de trabajo fuerte. Se trata de limpiar los tanques de carga, cuyos mamparos, vagras, varengas, palmejares y demás estructuras estarán completamente pringadas con fuel. Lo gordo se limpia con unas máquinas de limpieza que tiran chorros de agua a presión en todas direcciones, pero el resto hay que hacerlo a mano. Y para poder entrar hay que inertar, desgasificar, poner en aire y finalmente acceder a los tanques de carga. También van a embarcar unos técnicos para realizar unas pruebas hidrostáticas de estanqueidad de los mamparos de todos los tanques de lastre y de carga.

A mí personalmente la campaña no se me está haciendo pesada. Con esto de los viajes largos entras en una rutina a la cual te acostumbras y los días pasan rápido. Casi sin darme cuenta ya se ha esfumado media campaña.

Todos los días lo mismo. Me despierto a las 7.30, pero no me levanto hasta las 7.45, es la ventaja de vivir un piso por debajo del lugar de trabajo. A las 8 entro de guardia y desayuno en el puente, uno o dos cafés, dependiendo del grado de somnolencia, y una manzana. 4 horas de guardia, manteniendo el rumbo, corrigiendo libros, escuchando música, maniobrando a los demás barcos en caso de ser necesario... A las 12 bajo a comer, para las 12.30 ya estamos comidos y casi todos los días el 2º maquinista y yo tocamos algún tema en el salón, él a la guitarra y yo a los teclados. A las 13 me pongo a hacer mis chollos de mantenimiento: que los equipos de seguridad estén en correctas condiciones, ayudar al 1º oficial si me necesita. Siempre hay algo que hacer. Así hasta las 15.30. Entonces es cuando voy al gimnasio hasta las 16.30. Después de una buena ducha. A las 17 me pongo a revisar papeles, pedidos, actualizando archivos en el ordenador, papeleo en pocas palabras. A las 18 bajo a cenar y para las 18.30 ya termino. Subo al camarote y me dedico a ver alguna película de las que me habéis mandado, leer, escuchar música, ver fotos, organizar las fotos que estoy sacando o escribir algún mail. Y a las 20 otra vez de guardia hasta las 24. Luego a dormir y vuelta a empezar.

Pues hoy sábado 16 de Junio se decide la liga de fútbol. A bordo la preocupación es poder sintonizar alguna frecuencia con la radio de onda corta para escuchar los partidos y enterarnos en tiempo real de si el Athletic se salva.

Ahora voy a subir al puente a mandar este mensaje y luego voy a ver algo de lo que me llegó en Cape Town.

Sin más novedad, me despido hasta la próxima comunicación. En el Océano Índico, rumbo 045, velocidad 11,3 nudos. Mar gruesa a muy gruesa. Viento muy fuerte del ESE. Rociones en cubierta.

Jon.

domingo, 10 de junio de 2007

Sábado 9 de Junio de 2007, rumbo a doblar las Islas Reunión para poner proa al estrecho de Malaca



Allá vamos, con mar gruesa y vendaval de popa, tras haber cargado de todo un poco en Cape Town. Cargamos búnker, provisión, relevos y sobre todo pilas, porque tuvimos ocasión de salir a dar una vuelta, después de 1 mes sin pisar tierra.

Por partes.

Llegamos el día 4 por la mañana y pensábamos entrar con la plea de la tarde, pero resulta que la calidad del búnker que tenían no era de la especificada, así q tuvimos que esperar hasta el día siguiente. Los que desembarcaban tenían previsto hacerlo por la mañana del día 5, pero como seguíamos fondeados había que pedir lancha y no fue posible por el mal tiempo. Resultaba muy peligroso hacer los relevos con lancha, había unas olas muy grandes. El capitán ya se encargó de avisar a la oficina para que cambiaran los vuelos al día 6.

Por la tarde ya nos dieron órdenes de entrar a puerto. Entramos suave suave porque íbamos justos de calado. La maniobra sin problema. Los relevos ya estaban esperando en el pantalán. ¡Qué bien, me habrán traído el paquete de casa!

El problema de que a lo mejor no podían entrar en Sudáfrica era por el tema de un visado. El caso es que embarcaba un hondureño, a los cuales les piden una visa que éste no tenía y estuvieron a punto de repatriarle a casa después de un viaje agotador, Honduras – Ámsterdam – Johannesburgo – Cape Town. No le repatriaron pero pasó la noche en el calabozo hasta que solucionaron lo de la visa! Para ciudadanos europeos no había necesidad de visa.

Por la noche después de cenar salió un montón de gente a tierra. Yo me quedé de guardia, pero arreglé con el oficial que me releva que yo le hacía hasta las 2 de la mañana y al día siguiente él me entraba a las 10 y así podía salir a tierra por la mañana. Las 6 horas de guardia fueron tranquilas. Las 2 primeras horas las pasamos moviendo unas cajas que había que desembarcar, y después esperando a que vinieran a conectar la manguera de búnker. Mientras esperábamos yo aproveché para ir viendo todo lo que me mandasteis en el paquete. Me gusto mucho, todo. Los recortes, los discos. El reportaje de Basurko está muy chulo. Las fotos, ya tengo bastante entretenimiento, a ver si me da tiempo a ver todo!

Al día siguiente entré de guardia a las 8 de la mañana, hice 2 horas tal y como acordé con el oficial y a tierraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!! La única pega es que salí yo solo y llovía un poco, pero bueno, a mi aire. Tuve suerte porque el agente me llevó en coche hasta la zona turística. Me gusto un montón. Es en la zona de los antiguos muelles de la época colonial, cuando ingleses y holandeses tenían establecidas aquí sus colonias, creando un importante puerto de unión con las rutas de oriente. Hay cantidad de dársenas con los típicos edificios-almacén de estilo colonial transformados en centros de ocio, restaurantes, tiendas, bares. Todo peatonal y con embarcaciones. Que pena de tiempo, con nubes bajas y lloviznando. Podría haber sacado unas fotos preciosas, pero las que hice tampoco están mal. Me recorrí todo lo que pude a pata, encontré un supermercado y llené la mochila de chocolate! Compré algunas cosillas que me encargó gente que no pudo salir. Picar algo y a por un taxi de vuelta, que nos marchámos por la tarde a las 4. Así que contento de haber visitado un sitio nuevo.

Y ahora estamos navegando otra vez. Las últimas órdenes que hemos recibido es que vamos a descargar la mitad de la carga antes de llegar a Singapur, en Port Klang, Malasia. Llegaremos sobre el 26 de Junio.

La madrugada del 7 al 8 de Junio doblamos el Cabo de Buena Esperanza. Sólo se veía los destellos de la luz del faro, los petroleros tienen la obligación de pasar a 25 millas de los cabos en esta zona.

Por otro lado, hemos recibido noticias de la compañía que nos afectan directamente a los marinos. A ver si me explico bien.

Conoco se asoció con la Phillips creando una multinacional monstruosa (el jefazo es de los que va a jugar a golf con Bush). Ese monstruo tiene varios brazos. Uno es la corporación. Dentro de la corporación hay varios departamentos (comercial, producción, transporte, flota...). Bien, nosotros somos de flota, y dentro de flota hay 3 sectores: los petroleros de POLAR, son los americanos, los que cargan el petróleo de Alaska para la costa oeste. La ley estadounidense establece que el tráfico marítimo entre puertos de carga y descarga norteamericanos (cabotaje) debe realizarse con barcos construidos en eeuu, con bandera de eeuu y con 100 % de tripulación de eeuu. Luego están las gabarras que llevan el crudo por los ríos y canales.Y por último nosotros, los 6 barcos con españoles y hondureños, que nos dedicamos al transporte internacional.

Pues la corporación va a realizar un estudio de cuánto cuesta cada flota por separado, y lo va a comparar con el mercado del flete. Y qué significa todo esto?: que a nosotros nos van a echar a la puta calle. La cuestión es que a los de la POLAR no les van a tocar, son de casa y no les va a resultar ventajoso fletar nuevos barcos tal y como es la legislación. A los gabarreros les meterán recortes, pero no gran cosa. Donde está el pastel es con nosotros. Los barcos se van haciendo viejos, cada vez se están gastando más pasta en reparaciones y astilleros, así que la diferencia con el mercado del flete sí que es grande. Entonces se arreglarán un poco los barcos, los venderán al mejor postor y el transporte internacional correrá a cargo de barcos fletados, tripulados por tripulaciones más baratas.

No nos lo han comunicado con esas palabras. Sólo nos han dicho lo del estudio comparativo con el mercado de flete, pero está cantado. Hasta el capi está mirando navieras... El Pioneer es un ejemplo claro. Por qué vamos a China para el astillero? Quieren hacer una "reparación" para vender el barco, no para seguir operándolo, si no, nos hubieran mandado a un buen astillero.

Pues así están las cosas, pero nosotros como siempre. Currando normal, disfrutando del pedazo de viaje y pasando los días.

Venga, hasta la próxima comunicación, se despide el futuro "en dos semanas".

Jon.

Jueves 31 de Mayo de 2007, 1000 millas nos separan de Ciudad El Cabo




Estamos navegando a buena velocidad porque la mar está en calma. Durante el día la ligera brisa forma unos rizos en el agua, pero al atardecer la brisa cae y el océano queda como una balsa de aceite. Llevamos con este buen tiempo 5 días y por el momento va a continuar así. Quizás el día 2 de junio tenemos mar de través provocada por una borrasca situada al sudoeste del Cabo, y para prevenir estamos trincando todo bien, lo que se dice poniendo el barco a son de mar.

Hoy hemos cruzado el meridiano cero o meridiano de Greenwich, con lo cual hemos cambiado del hemisferio occidental al oriental, a partir de ahora iremos ganando longitud este.

Desde que partimos de Colombia hemos ido adelantando los relojes una hora cada 2 o 3 días. Cartagena se encuentra, tomando como referencia el meridiano cero, en la franja horaria de 5 horas menos, Aruba en la de 4 y Sudáfrica en la misma que España, es decir, 2 horas +. De modo que nos comemos 7 horas, y se nota porque no le dejas acostumbrarse al cuerpo. No es como cuando se cambia la hora en casa, que es 2 veces al año. Cambiar de hora con esta frecuencia te acaba afectando y se nota que vas acumulando más cansancio del habitual, así que los sábados y los domingos nos pegamos unas siestas impresionantes. Debe ser terrible viajar en esos portacontenedores o gaseros tan rápidos que hacen rutas transoceánicas y cambian la hora cada día!

Con tantos días navegando sin tráfico y con buen tiempo la guardia de puente es... bueno, aquí cada oficial de puente le da un nombre: el otro 3º la llama guardia balneario, el 2º la llama la guardia de la desidia, pero le viene muy bien esa tranquilidad para poder corregir cartas y publicaciones y preparar rutas. Para mí la guardia de la mañana es más entretenida porque la gente está trabajando en los tanques y suelen llamar al puente para que les ponga baldeo, apuntar quién entra y sale, aprovecho para corregir libros y se pasa bastante rápido.

Pero a la noche es totalmente diferente, no ves a nadie, todo está a oscuras, de vez en cuando sube algún despistado a llamar por el teléfono satélite, o el maquinista de guardia para tomar un café. Así que la paso escuchando buena música, paseando de lado a lado del puente, haciendo cálculos astronómicos y reconociendo estrellas y constelaciones, que ahora en el hemisferio sur muchas son desconocidas para mí. Estos días de calma es una pasada ver la luna llena reflejada en el mar tranquilo, con las ondas que se forman al cortar la proa el agua.

Echo en falta el chocolate! En la ruta normal del barco íbamos con frecuencia a algún puerto de eeuu y allí bajábamos al super y comprábamos chorraditas de ésas. Parecerá una tontería pero se echa de menos, sobre todo para la guardia de la noche, ahora que está empezando a refrescar, porque aquí estamos a finales de otoño, para entrar en invierno, y se agradece un poco de chocolate.

Por otra parte los días se me están pasando bastante rápido. Hay un grupo de gente muy simpática y navegando siempre se está más cómodo que en puerto, aunque pueda parecer que es peor que una cárcel, siempre las mismas caras, sin recibir visitas, el mal tiempo nos afecta, comunicarnos con nuestros seres queridos es costoso, a veces salen chollos que bien podrían ser trabajos forzados. Podríamos fugarnos, no hay barrotes, sólo agua, mucha agua.

Pero me gusta, es la primera vez que repito barco y ya le voy conociendo, no resulta tan extraño como al principio. Además estoy más centrado con los trabajos a bordo que la campaña pasada, que estuve más distraído. Lo que más me gusta de este trabajo es que hay que ser observador, previsor, adelantarte a los acontecimientos, verlos venir.

Hay cantidad de imprevistos, pero hay que procurar que no te sorprendan y tener recursos para salvar la situación. La variedad de panoramas en los que te puedes encontrar. Navegando con un mar en calma y sin tráfico o en un buen lío de barcos. Mala visibilidad, chubascos, rachas de viento, corrientes. Fondeados varios días esperando entrar a puerto, recorriendo con los prismáticos la línea de costa en la que nos imaginamos que bien podríamos estar caminando por ella. Teniendo que virar el ancla porque empeoró el tiempo y no es capaz de sujetar al barco y comenzamos a garrear hacia las rocas. Maniobras de llegada a puerto. Operaciones de carga, descarga, lastrado, deslastrado. Mano a mano con la tripulación moviendo cajas o recibiendo provisión. Manejando grúas, maquinillas. Ayudando al bombero a colocar tubos, válvulas o lo que sea. Haciendo inventarios, pedidos, trabajos de mantenimiento, simulacros.... hay tiempo para todo. Es una profesión bonita ésta de marino mercante. Lástima que haya degenerado tanto.

Ojalá que cuando lleguemos a Cape Town haya ocasión de salir. Siempre gusta conocer un lugar nuevo. Además, como estamos restringidos por el calado, tenemos que entrar y salir de puerto con las mareas altas, de modo que como las operaciones de provisión y búnker se retrasen un poco y perdamos la marea tenemos que esperar un buen rato, son más de 12 horas entre una plea y la siguiente. Además, por lo que se ve en las cartas y libros náuticos es un puerto bien chulo, cerca de la ciudad y con unas montañas altas bien cerca.

Sin más novedad, hasta la siguiente comunicación en la que os contaré que tal por Cape Town.

Jon.